Soy Bernat Cardell y soy psicólogo deportivo porque necesité uno.
Ahora te explico más 🤓
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Por si no lo sabías soy el cuarto Bernat Cardell de mi dinastía familiar, soy mallorquín y aunque ahora vivo en la urbe (Barcelona) mi infancia la pasé correteando por el campo, fabricando espadas con palos y coleccionando “Tazos” de Pokémon.
A los 8 añitos le pedí a mi padre que me apuntara a baloncesto y que me comprara una carpeta de Navarro.
Estaría genial que pudiera explicarte cómo acabé jugando en la ACB, pero ni cerca. Mi problema, según mis entrenadores era que “me faltaba sangre”, “me faltaba físico”, “me faltaba confianza”.
En fin, Me faltaban muchas cosas:
- Me acojonaba cometer errores.
- Jugaba tenso, nervioso y preocupado.
- No pedía suficiente el balón.
- El pase era siempre la mejor opción.
- No tiraba porque no tenía confianza suficiente.
- No tenía suficiente confianza porque no tiraba.
Para sorpresa de nadie, el final llegó prontito.
A los 19 años y después de varias temporadas arrastrando una lesión que convertía el deporte que amaba en un calvario, tomé una decisión muy complicada:
Colgué las botas, dejé el Baloncesto.🏀
Como puedes imaginar no fue fácil. No solamente estaba dejando el deporte. Estaba dejando compañeros y buenos amigos atrás, objetivos, metas, horas y más horas de sudor y esfuerzo.
Pero sobre todo, estaba despojándome de una parte de mi identidad.
¿Qué soy si ya no soy deportista?
Me gusta pensar que esa pregunta taladrándome la cabezota fue la que acabó definiendo y propiciando que exista justo este momento en el que nos encontramos:
Tú aquí, leyendo a este tío (que soy yo).
Y yo, currando de lo que una vez me hizo tanta falta (un psicólogo deportivo).
Mis siguientes años los pasé metido en las aulas de la Universidad por las mañanas y entrenando a niños por las tardes.
Curré de camarero, recepcionista y mozo de almacén para costearme la vida en Barcelona y el Máster en Psicología Deportiva.
Desde entonces, el «frikismo» por el deporte me ha llevado a trabajar con más de 250 deportistas de más de 50 disciplinas deportivas distintas.
Que se dice pronto.
En fin. Llevo ya una extensión considerable y todavía no te he hablado de los beneficios del trabajo psicológico ni de todo aquello que puedo hacer por ti.
De hecho, creo que no voy a hacerlo.
Lo que sí te digo es que ya hay más de 1.000 incautos suscriptores dentro mi newsletter, dando sus primeros pasos en este sinuoso y largo camino hacia el autoconocimiento.
Ellos sabrán el por qué.
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