Cómo quitar los nervios: ¿Es posible?
Si has llegado a este artículo, muy probablemente estés viviendo en tus propias carnes lo realmente frustrante y desagradable que puede resultar el nerviosismo. Por ello, es normal que andes en la búsqueda de una solución, una forma de poner fin, eliminar o quitar los nervios que están condicionando tu vida.
A continuación, trataré de dar respuesta a las dudas más frecuentes y de arrojar algo de luz sobre el tema.
Te adelanto que la respuesta a la pregunta del título de este artículo es un “No pero sí”.
Si sigues leyendo entenderás a lo que me refiero.
¿Para qué nos sirven los nervios?
Siempre que planteo esta pregunta a los deportistas con los que trabajo (por si no lo sabías soy Psicólogo Deportivo), suelen responderme lo siguiente:
- Bfff, pues para nada. 🤷♂️
¡ERROR! No solamente los nervios, sino cualquier otra conducta (emociones, pensamientos, acciones) que realizamos tiene un fin (un para qué).
¿Para qué podría servirnos algo tan desagradable? Pues bien, los nervios cumplen una función adaptativa crucial, ya que nos preparan para reaccionar ante peligros inminentes.
Veamos.
¿Por qué me pongo nervioso/a?
Los nervios aparecen ante una serie de situaciones que anticipamos como peligrosas, demandantes, desagradables, dolorosas… Esto supone, como decíamos, una ventaja adaptativa que nos ayuda a lograr como individuos algo muy, muy, muy importante:
Sobrevivir. 😖
De esta activación, se encarga el sistema simpático, que provoca que el cuerpo se prepare para responder de la mejor manera ante la situación amenazante. Gracias a ello podemos, por ejemplo, estar preparados y listos para salir corriendo si una situación se vuelve peligrosa.
Así que no, no es que te falte «Fortaleza Mental».
El problema, habitualmente, aparece cuando estos nervios nos impiden o limitan en alguna dirección. Es decir, perjudican de alguna manera nuestro día a día. Por ejemplo, afectando a nuestro desempeño en alguna tarea (deporte, un examen, hablarle a un/a chico/a que te gusta…).
Por ello, es importante aprender a manejar los nervios de manera correcta.
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Síntomas de los nervios en el cuerpo
Además de los pensamientos en forma de preocupación o evaluación, los nervios o la ansiedad vienen acompañados de otros síntomas físicos bastante molestos y desagradables. Estos síntomas en ocasiones tienen el poder suficiente para descentrarnos de lo importante de la tarea que estamos realizando (un partido, un examen…). En otras, incluso pueden alarmarnos y ser una fuente de más estrés.
Algo así como más leña para la hoguera, vamos. 🔥
Conocerlos y distinguir aquellos que experimentamos con más frecuencia es clave para esperarlos con una perspectiva más sosegada y de aceptación.
Resumimos a continuación los más frecuentes:
Nudo en el estómago: Molestias estomacales.
Actualmente, sabemos que existe una relación entre los niveles de estrés o ansiedad y la presencia de síntomas estomacales.
Ya sea en forma de náuseas, falta o exceso de apetito, dolor o problemas digestivos, los problemas estomacales son habituales en situaciones de nervios o estrés elevados.
Así que no, por molestos que sean no suelen ser señal de alarma.
Dolor en el pecho
Otro síntoma muy común es el dolor o presión en el pecho.
Algunas personas más aprensivas pueden llegar a confundir este síntoma con algún problema cardíaco. De esta manera, la ansiedad aumenta todavía más por la percepción de que su salud está en riesgo.
Aunque estas sensaciones no son para nada placenteras, la ansiedad no nos mata. Sentir presión en el pecho no tiene riesgo.
Taquicardia
Si necesitamos escapar de un peligro, vamos a necesitar estar preparados para salir corriendo a toda velocidad, ¿no?
El aumento de la frecuencia cardíaca corresponde a esa liberación de adrenalina que nos prepara para responder de la mejor forma ante una situación amenazante.
Como pasaba con los dolores en el pecho, las taquicardias suelen generar más miedo a aquellas personas más aprensivas. Es importante entender que cuanto mayor sea el “miedo”, más aumentará esta sintomatología.
Hiperventilación
Respiración acelerada, incapacidad para tragar, boca excesivamente seca o dificultad para coger aire son otros de los síntomas frecuentes del nerviosismo.
Estas sensaciones tan desagradables pueden suponer un hándicap a la hora de rendir o lograr buenos resultados en la actividad que estemos llevando a cabo. En un contexto deportivo, la dificultad para respirar con normalidad juega en nuestra contra aumentando la fatiga.
Otros
Otros síntomas a mencionar pueden ser los temblores, la sudoración excesiva, tics nerviosos, problemas de sueño, tensión muscular e incluso dolores de cabeza.
Aquí te dejo un artículo interesante sobre otras formas en las que los nervios afectan a nuestro cuerpo.
¿Es posible eliminar los nervios para siempre?
Si te digo que NO pienses en un elefante rosa, que no te imagines un cocodrilo naranja, o que no recuerdes la cara de tu entrenador/a, probablemente experimentarás cómo aparecen todas estas imágenes en primer plano en tu mente.
Casi como si las vieras. 🧐
Es importante que entendamos que, aunque nos mole mucho tener control sobre prácticamente todo (también es algo evolutivo), hay algunas cosas que escapan a nuestra voluntad.
Sí, me refiero a los nervios, a las emociones en general y a lo que en psicología hemos bautizado como “eventos privados” (todas aquellas cosas que nos suceden que no son observables desde fuera, por ejemplo “estar triste” o “pensar que mañana trabajo”).
Eliminar o quitar los nervios para siempre puede parecer una idea muy tentadora, aunque si lo piensas fríamente, probablemente hubiéramos durado poco paseando por las praderas de este planeta si no fuera por ellos.
Como comentábamos, los nervios suponen una ventaja evolutiva. Nos ayudan a adaptarnos y a responder a los peligros de nuestro entorno.
- Oye, ¡pero a mí los nervios no me ayudan antes de una competición! 😓
Ya, a ver, los nervios no quieren que ganes o juegues genial. Lo que quieren es que salgas corriendo de ahí.
Que te alejes y te quedes tranquilito/a en casa.
A estas alturas, me imagino que ya intuyes por dónde irá la respuesta a la pregunta que da título a este artículo: ¿Es posible quitar los nervios?
Como te dije, es un “no pero sí”. La única forma de lograrlo sería mediante la “evitación”. Es decir, escapando del contexto que desencadena dicha respuesta nerviosa (siempre y cuando esa situación sea evitable).
Por ejemplo, no volar si nos da miedo coger el avión, no competir si me pone nervioso/a la competición, no presentarme al examen oral, etc.
Como te habrás dado cuenta, aunque es una solución viable, también implica un gran coste: la evitación suele ser opuesta al objetivo que perseguimos. Muy probablemente no te parezca buena idea “escapar” de las situaciones anteriores.
Como alternativa, no nos queda otra que aprender a manejar la situación de la mejor manera. Aprender a lidiar con los nervios.
Veamos algunas estrategias.
Cómo controlar los nervios: 4 estrategias
Preparación:
Si cada vez que hacemos X nos ponemos nerviosos, tenemos una ventaja táctica que debemos aprovechar: la anticipación. Puede ser que se junten los astros y esta vez juegues el partido totalmente relajado/a, pero no es lo esperable.
Prepárate, visualiza la situación con todo el detalle que puedas y trata de tener bajo control todo aquello controlable.
Aceptación:
Si sabemos que eliminar o quitar los nervios no es la solución, debemos aceptar y normalizar su presencia. Sabemos que cumplen una función adaptativa y que no podemos deshacernos de ellos.
📢 Cuanto menos esfuerzo pongamos en confrontarlos o tratar de controlarlos, mejor.
Céntrate en lo importante, en aquello que tienes que hacer. Lo vemos en el siguiente punto.
Manejo del foco atencional:
Aprender a apartar nuestro foco de aquello que nos distrae y ponerlo en aquello importante del momento es CLAVE para rendir bien.
Pese a los nervios.
Pese a los pensamientos intrusivos.
La aceptación es el primer paso. El cambio atencional es el segundo. Para entrenar esto puedes empezar con el siguiente punto:
Técnicas de relajación:
Ejercicios como las respiraciones diafragmáticas no solo nos sirven para bajar las pulsaciones, sino también para aprender a distinguir en qué momento nos estamos distrayendo de lo importante.
Tratar de mantener el foco en la respiración es una buena forma de practicar dicha habilidad.
Aquí te dejo un vídeo que recomiendo a menudo.
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